ALMERÍA 30 DE MAYO DE 2011
"DE PRISIÓN AL CORTIJO LA QUINTA"
Soy un chico sevillano de 48 años de edad, que llegué "al cortijo la quinta" hace aproximadamente un mes debido a mi problemática con las drogas desde que tenia mas o menos trece años.
A consecuencia de ellas he llevado una vida llena de dificultades y desagravios, tanto para mi como para todas las personas que estaban a mi alrededor, llegando a delinquir para poder mantener mi adicción a las drogas,lo que me llevo a la cárcel a cumplir una condena de ocho años por un delito de trafico de drogas, pero no es de ello de lo que quiero hablaros, sino de lo positiva que esta siendo para mi, la experiencia de haber sido excarcelado de la prisión (cuando aun me restaban cuatro años por cumplir de mi condena), para mi internamiento en la "asociación noesso", dedicada a la desintoxicación y posterior reinserción de drogodependientes.
Desde que llegué aquí, estoy experimentando una sensación de libertad que no encuentro palabras para describirla, ya que desde que comienza el día a las 7,30 de la mañana hasta las 23,30 de la noche que nos vamos a dormir, siento que estoy aprovechando y disfrutando de cada minuto de mi existencia a pesar de seguir sometido a un cierto régimen disciplinario, pero que en nada se asemeja al que llevaba en prion.
Aquí convivo en un clima de total cordialidad y respeto entre compañeros, educadores, psicólogos, y en definitiva con todas las personas que de un modo u otro están involucradas en este proyecto, a diferencia del clima de odio y rencor que se respira en prisión desde que entras por las puertas.
También aquí se aprovecha cada minuto del día en actividades constructivas:
terapia ocupacional mediante la cual te acostumbras a seguir unos horarios de trabajo y a asumir responsabilidades,terapias de grupo con las que obtienes habilidades sociales e información pertinente para poder enfrentarte con valor, a las posibles situaciones de riesgo que te pueden llevar a una recaída, sin dejar a un lado el hecho de la recuperación de los valores personales perdidos y obtención de otros nuevos patrones de conducta, los cuales te ayudaran a reinsertarte a la sociedad, lo suficientemente reforzado para poder mantenerte alejado de las drogas.
Hasta el momento solo llevo aquí un mes, pero espero que en el tiempo que me resta, las cosas sigan yendo en la misma dirección y las sensaciones que estoy experimentando desde que llegué se mantengan e incluso sigan creciendo pues tal y como dije al principio no encuentro palabras para expresar el bienestar y el cambio que a significado para mi dejar la prisión para venir aquí.
Espero, que el mayor numero posible de personas que se encuentren privadas de libertad, puedan gozar de la oportunidad que yo estoy gozando y que puedan también sentir, la cantidad de sensaciones que yo estoy sintiendo al estar acercándome gradualmente a la ansiada "lIBERTAD".
Escrito por Juan Carlos Ruiz Soriano
jueves, 9 de junio de 2011
UN MÚSICO QUE INTENTA RECUPERAR EL RUMBO
UN MÚSICO QUE INTENTA RECUPERAR EL RUMBO.
Hola soy Andrés. Os voy a hablar un poco de mis vivencias como músico en la charanga Los Flamencos de Alquería (Murcia).
Cuando era pequeño, con ocho años, mi hermano mayor, que era músico me encauzó en el mundo de la música. Él tocaba la trompeta y fue el que me dijo que si quería hacerme músico como él y yo le dije que si. Entonces me dijo que si me gustaba la trompeta como instrumento para mí.
Yo siempre me fijaba en mi hermano y como quería ser como él, me metí de lleno en el mundo de la música. Mi hermano comenzó a darme clases de trompeta. Luego mis padres me apuntaron al conservatorio de Orihuela, a estudiar música. Empecé a estudiar música con tan sólo ocho años y el conservatorio hice muchos amigos y con los profesores me llevaba muy bien.
Mi primera salida con la música fue a Alzira (Valencia), a las fallas. Cuando monté en el coche iba superilusionado de ir a otra ciudad a poner en practica lo que sabía de la música.
Nos alojaron en un hotel que antiguamente era un monasterio. Todas las mañanas nos levantábamos a las siete y media de la mañana para asearnos y desayunar. Acto seguido cogíamos los coches, nos desplazábamos hasta Alzira.
Una vez llegados a la comparsa o cuartel, los miembros de esta salían vestidos de falleros y falleras. Nosotros los músicos nos poníamos a tocar pasodobles y más pasodobles. Lo que más me impacto fue la cantidad de pólvora que se quemaba allí.
Yo veía esa ciudad muy grande, con grandes edificios y jardines. El día de San José, diecinueve de marzo, allí en Alzira es el día más especial para todos sus habitantes. Por la noche, a partir de las doce empezaba la cremá de fallas. Siempre dejaban la falla mayor para la última. Recuerdo que para ser la falla mayor había que participar en un sorteo y por supuesto ganarlo.
Nosotros los músicos cuando tocaba la falla de nuestra comparsa siempre debíamos tocar dos canciones: el himno de Valencia y El Fallero, música y canciones con mucho sentimiento para los valencianos y todos aquellas personas que sin ser de Alzira acudían a estas fiestas.
Una vez terminada la cremá, los músicos nos íbamos hasta el hotel a recoger nuestras maletas y desde allí volvíamos a Murcia, felices y orgullosos por el trabajo que realizábamos.
Bueno, esto es todo por ahora y me despido con un abrazo fortísimo de parte de Andrés Garre.
Hola soy Andrés. Os voy a hablar un poco de mis vivencias como músico en la charanga Los Flamencos de Alquería (Murcia).
Cuando era pequeño, con ocho años, mi hermano mayor, que era músico me encauzó en el mundo de la música. Él tocaba la trompeta y fue el que me dijo que si quería hacerme músico como él y yo le dije que si. Entonces me dijo que si me gustaba la trompeta como instrumento para mí.
Yo siempre me fijaba en mi hermano y como quería ser como él, me metí de lleno en el mundo de la música. Mi hermano comenzó a darme clases de trompeta. Luego mis padres me apuntaron al conservatorio de Orihuela, a estudiar música. Empecé a estudiar música con tan sólo ocho años y el conservatorio hice muchos amigos y con los profesores me llevaba muy bien.
Mi primera salida con la música fue a Alzira (Valencia), a las fallas. Cuando monté en el coche iba superilusionado de ir a otra ciudad a poner en practica lo que sabía de la música.
Nos alojaron en un hotel que antiguamente era un monasterio. Todas las mañanas nos levantábamos a las siete y media de la mañana para asearnos y desayunar. Acto seguido cogíamos los coches, nos desplazábamos hasta Alzira.
Una vez llegados a la comparsa o cuartel, los miembros de esta salían vestidos de falleros y falleras. Nosotros los músicos nos poníamos a tocar pasodobles y más pasodobles. Lo que más me impacto fue la cantidad de pólvora que se quemaba allí.
Yo veía esa ciudad muy grande, con grandes edificios y jardines. El día de San José, diecinueve de marzo, allí en Alzira es el día más especial para todos sus habitantes. Por la noche, a partir de las doce empezaba la cremá de fallas. Siempre dejaban la falla mayor para la última. Recuerdo que para ser la falla mayor había que participar en un sorteo y por supuesto ganarlo.
Nosotros los músicos cuando tocaba la falla de nuestra comparsa siempre debíamos tocar dos canciones: el himno de Valencia y El Fallero, música y canciones con mucho sentimiento para los valencianos y todos aquellas personas que sin ser de Alzira acudían a estas fiestas.
Una vez terminada la cremá, los músicos nos íbamos hasta el hotel a recoger nuestras maletas y desde allí volvíamos a Murcia, felices y orgullosos por el trabajo que realizábamos.
Bueno, esto es todo por ahora y me despido con un abrazo fortísimo de parte de Andrés Garre.
MI VIDA EN LA MAR. LA PESCA DE LA GAMBA
Mi vida en la mar. La pesca de la gamba.
La pesca de la pareja o de arrastre donde se pescan variedades de pescados como la gamba roja, los salmonetes, pescado de caldo como las rascacias es un trabajo duro, propio de hombres fuertes a los que no le de miedo el mar. Hay que salir a las 6.00 de la mañana, con la humedad que te cala los huesos hasta la médula.
Los barcos faenan por el mar de Águilas (Murcia). Primero se cala el arte, es decir se tira el arte al mar y después se miden los cables para comprobar la profundidad de metros que se necesitan para que el arte valla arrastrando el cieno del fondo del mar.
En la pesca de la gamba roja, la cosa esta muy mal, ya que tan sólo se están capturando 20 o 30 kilos de gamba durante todo el día arrastrando los fangos de la mar de Águilas, trabajando muy duro para tan poca pesca. Mas tarde los barcos vuelven a las 6 de la tarde para venderlo en la lonja y que que cualquier comprador te ofrezca lo que a él le de la gana, sabiendo que esta es nuestra vida y que debemos salir al otro día de nuevo.
Escrito por Miguel el de Murcia. Comprad gamba de Águilas.
La pesca de la pareja o de arrastre donde se pescan variedades de pescados como la gamba roja, los salmonetes, pescado de caldo como las rascacias es un trabajo duro, propio de hombres fuertes a los que no le de miedo el mar. Hay que salir a las 6.00 de la mañana, con la humedad que te cala los huesos hasta la médula.
Los barcos faenan por el mar de Águilas (Murcia). Primero se cala el arte, es decir se tira el arte al mar y después se miden los cables para comprobar la profundidad de metros que se necesitan para que el arte valla arrastrando el cieno del fondo del mar.
En la pesca de la gamba roja, la cosa esta muy mal, ya que tan sólo se están capturando 20 o 30 kilos de gamba durante todo el día arrastrando los fangos de la mar de Águilas, trabajando muy duro para tan poca pesca. Mas tarde los barcos vuelven a las 6 de la tarde para venderlo en la lonja y que que cualquier comprador te ofrezca lo que a él le de la gana, sabiendo que esta es nuestra vida y que debemos salir al otro día de nuevo.
Escrito por Miguel el de Murcia. Comprad gamba de Águilas.
POR SI ALGUIEN QUIERE VISITAR MARRUECOS...
Por si alguien quiere visitar Marruecos...
Voy a contar un viaje que hice a Marruecos por motivos de trabajo. No se si es porque no he viajado mucho, pero a mí me impresionó la diferencia cultural tan grande, estando los dos países tan cercanos. No debemos olvidar que la distancia es de tan sólo catorce kilómetros, total nada.
Empezaré diciendo que no habiendo conducido nunca un trailer, de un día para otro me vi yo sólo, de pronto en lo que en aquel momento viví como una aventura hacia algo desconocido, Marruecos. Debo decir que tenía más miedo que siete viejas de ver el pedazo de bicho que llevaba entre las manos. Para adelante no iba mal del todo, pero para atrás había que verme lo mal que lo hacía, que yo aún no me puedo creer como salí ileso de allí. Por cierto el trafico en Marruecos, es un autentico caos. Ellos siguen el lema de “maricón el último”.
Cuando llegué allí, me quede “flipao” de las playas que te puedes encontrar, “vaya pedazo de playas”. Entre playa y playa, no debemos de dejar de ver unas calles muy bonitas en el casco antiguo, que parecen un laberinto. No miden más de un metro de pared a pared. Y dentro de ese laberinto, te puedes encontrar lo mas inesperado, desde una casa de masajes, ya me entendéis, hasta una tienda donde el marroquí te vende, a la abuela, porque la suegra ya la vendió y barata eh.
Me chocó una escena que vi, muy curiosa; un marroquí con un carro y un burro, que parecía que me había metido en la máquina del tiempo, y de pronto me saca un móvil, de ultima generación, y se pone a hablar con la suegra que vendió. El mp4, se lo dejó en su casa.
Lo que yo vi de ese país no tiene desperdicio, me gusto todo. Lo que me impresionó, que después de tres años no he conseguido olvidar, son las mujeres marroquíes, unos ojos, un pelo negro y unos labios muy bonitos que te hacen pensar en dejarlo todo y marcharte allí de vacaciones, hasta la edad de jubilación o más.
Os recomiendo que vayáis, que llevéis buena cartera, no bonita sino llena de billetes, que tengáis cuidado con la comida callejera, que no es que este mal, es que puede que te mate.... eso sí, antes de matarte habrás disfrutado lo tuyo comiéndotela.
Posdata, el que haya estado que deje un comentario y el que no que vaya. Feliz viaje y prospero año nuevo.
Escrito por Juanmi. Que me llamo Juan Miguel eh.
Voy a contar un viaje que hice a Marruecos por motivos de trabajo. No se si es porque no he viajado mucho, pero a mí me impresionó la diferencia cultural tan grande, estando los dos países tan cercanos. No debemos olvidar que la distancia es de tan sólo catorce kilómetros, total nada.
Empezaré diciendo que no habiendo conducido nunca un trailer, de un día para otro me vi yo sólo, de pronto en lo que en aquel momento viví como una aventura hacia algo desconocido, Marruecos. Debo decir que tenía más miedo que siete viejas de ver el pedazo de bicho que llevaba entre las manos. Para adelante no iba mal del todo, pero para atrás había que verme lo mal que lo hacía, que yo aún no me puedo creer como salí ileso de allí. Por cierto el trafico en Marruecos, es un autentico caos. Ellos siguen el lema de “maricón el último”.
Cuando llegué allí, me quede “flipao” de las playas que te puedes encontrar, “vaya pedazo de playas”. Entre playa y playa, no debemos de dejar de ver unas calles muy bonitas en el casco antiguo, que parecen un laberinto. No miden más de un metro de pared a pared. Y dentro de ese laberinto, te puedes encontrar lo mas inesperado, desde una casa de masajes, ya me entendéis, hasta una tienda donde el marroquí te vende, a la abuela, porque la suegra ya la vendió y barata eh.
Me chocó una escena que vi, muy curiosa; un marroquí con un carro y un burro, que parecía que me había metido en la máquina del tiempo, y de pronto me saca un móvil, de ultima generación, y se pone a hablar con la suegra que vendió. El mp4, se lo dejó en su casa.
Lo que yo vi de ese país no tiene desperdicio, me gusto todo. Lo que me impresionó, que después de tres años no he conseguido olvidar, son las mujeres marroquíes, unos ojos, un pelo negro y unos labios muy bonitos que te hacen pensar en dejarlo todo y marcharte allí de vacaciones, hasta la edad de jubilación o más.
Os recomiendo que vayáis, que llevéis buena cartera, no bonita sino llena de billetes, que tengáis cuidado con la comida callejera, que no es que este mal, es que puede que te mate.... eso sí, antes de matarte habrás disfrutado lo tuyo comiéndotela.
Posdata, el que haya estado que deje un comentario y el que no que vaya. Feliz viaje y prospero año nuevo.
Escrito por Juanmi. Que me llamo Juan Miguel eh.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)